Tras el visionado de la película en el cine, el pasado uno de noviembre, me gustaría primero hacer el comentario basándome únicamente en las sensaciones que como espectadora y como amante del cine me ha producido la película.
Obviamente es una película muy atractiva visualmente, llama la atención desde los títulos del inicio, el juego de efectos con el diseño de las válvulas y engranajes dorados (es un diseño muy atractivo y “vivo” ya que hace que algo como unos simples engranajes, piezas al fin y al cabo de una máquina, nos parezcan algo en movimiento, algo que crece, que se crea a sí mismo y se destruye o se hace minúsculo).
El color, la imagen… creo que en esta película son el principal atractivo. Las
localizaciones son preciosas aunque dejan al espectador mal situado, en un lugar
impreciso pero bello. Como espectadores nos hemos creado con anterioridad unas expectativas sobre lapelícula (y al ser la película que abrió el Festival de Sitges del pasado octubre), creemos que vamos a ver una película que como mínimo es fantástica y hasta el más optimista espera un rasgo, un suspiro… de terror.
Dejando a un lado la majestuosidad y la belleza de las localizaciones (lo poco
acostumbrados que estamos los españoles a ver inmensos espacios nevados) y
olvidando también los efectos especiales, me gustaría centrarme en los actores ya que creo que son el segundo toque mágico de la película. Daniel Brühl, que interpreta al personaje protagonista, hace un papel increíble en esta película. Creo que es un personaje bien construido o quizá es que el actor lo hace de maravilla, la cuestión es que ha sabido atraparme. Aunque, cuando lo miro con ojos críticos y lo reflexiono en casa, lejos de la magia del cine, me doy cuenta de que es un personaje del que nos falta mucha información.
Se nos deja caer en la historia suponiendo que con poca información conoceremos o al menos entenderemos su background y así entenderemos su comportamiento (un personaje no es lo que dice, sino lo que hace, cómo lo hace y porqué lo hace). Este personaje invita a desear ver más, a desear que la historia sea más profunda de lo que resulta ser al final (la verdad es que al final decepciona). Pero sigo con los personajes, creo que tanto el personaje interpretado por Marta Etura como el de
Alberto Ammann son personajes tipo, vacíos y sin ningún tipo de interés, de hecho creo que son personajes de relleno para hacer la historia más creíble. En el caso de la chica aún puedo decir que es una pieza importante en la historia pero no tiene personalidad alguna, no muestra ningún rasgo por el cual queramos recordarla más allá del rato que dura la película. Claudia Vega, (Eva), junto a Daniel Brühl (Álex), se adueñan totalmente del protagonismo quizá porque sus personajes si valen la pena. Vas avanzando en la película y piensas que es una buena idea (recuerdas El hombre bicentenario) pero aún así te resulta una idea recurrente pero positiva y deseas descubrir como la resuelven. Pero lamentablemente te decepcionas. A nivel de guión es una película muy floja, cuando empiezas a tomarle cariño, cuando parece que la trama se
vuelve interesante, entonces…FIN y realmente, no ha sucedido nada, nada que marque un punto de giro o dos y el clímax pasa casi revoloteando para estrellarse contra la nieve. Sincera y humildemente creo que la idea es muy buena pero quizá hubiera necesitado tiempo, mucho más tiempo para desarrollarse, para nutrirse del entorno y mejorar lo presente.
Creo por ejemplo que el hecho de que la forma de hacernos saber que Álex hace robots libres sea que él mismo se lo explica a Max a partir del comportamiento de su gatorobótico, me parece un recurso demasiado fácil (el espectador no es tonto, no debemos tratarlo como tal).
También me parece innecesario el flashback del inicio ya que no aporta nada y
sinceramente pienso que ya sabemos que saben hacer un flashback pero este no resulta ni necesario ni acertado. No aporta suspense si eso es lo que pretendían.
Encuentro algunas incoherencias de carácter visual ya que aunque parece que están muy avanzados en tecnología, echo de menos unos decorados más futuristas. Parece sin embargo que el tiempo se paró en cuanto a las casas o la ropa o la forma de expresarse y avanzó únicamente en la robótica.
Hasta me parece forzada la forma en como nos enteramos de que Eva es un robot,
simplemente parece que necesiten acabar la película y lo resuelvan de esa forma.
Y, ¿qué me decís del encargo de Álex? Un encargo que jamás llega a realizarse pero que luego resulta que ya estaba hecho y en movimiento.
Tras todo esto también tengo que decir que aún así la película resulta atractiva tanto por las imágenes como por el par de actores que valen la pena (sin olvidar, claro, la divertida actuación de Lluis Homar como robot Max).
Personalmente quizá me ha dado rabia porque el tema me parece fascinante y mucho más explotable de lo que se ha hecho en Eva. Creo que en esta película se acaricia el tema sin realmente tocarlo del todo y hacer una película de las que se recuerdan.
Me toca decir ahora, tras buscar información del equipo de la película que:
Primero, ahora entiendo el porqué de mi total agrado con la fotografía de esta película, la verdad es que otros proyectos de Arnau Valls Colomer también me gustan mucho.
Viendo el tráiler de Tatil Kitabi “Summer Book” he visto imágenes que me han
fascinado. Y los colores de La influencia me parecen geniales.
Y qué decir de Laia Colet, cuando lleva bajo el brazo El Perfume, que si bien no me
parece una película brillante en cuanto al guión si que me parece admirable a nivel artístico.
En cuanto a los actores, lo dicho, los dos protagonistas muy buenos, los secundarios (precisamente eso, demasiado “secundarios”).
Nota Petite Alice para Eva: 6 de 10
Fuentes:
JC
viernes, 13 de enero de 2012