domingo, 29 de abril de 2018

Juegos de Noche Crítica en un plis. Reír por no llorar


Respeto enormemente el estilo de comedias americanas que pululan por las pantallas mundiales. Otra cosa es que trague con el humor absurdp del que hacen gala y bandera en muchas de ellas. Humor chorra que en lugar de dar motivos para reír dan motivos para llorar de pena. Sinopsis y opinión.



Sinopsis:  Bateman y McAdams interpretan a Max y Annie, una pareja cuya noche de juegos semanal suma un nuevo aliciente cuando el carismático hermano de Max, Brooks (Chandler) organiza la fiesta con un misterioso asesinato con falsos matones y falsos agentes federales. Pero cuando Brooks es secuestrado, comenzarán a dudar de si todo es parte del juego o por el contrario nada es lo que parece. Los seis jugadores tendrán entonces que intentar resolver el caso y ganar durante el transcurso de una noche realmente caótica. Sin reglas, sin puntos y sin ninguna idea sobre quienes son jugadores y quienes no, estarán ante el juego más divertido que jamás hayan tenido... o acabar el juego para siempre.





Cosas que hacen gracia: Pocas, por no decir ninguna. A destacar las escenas en las que el personaje de Jesse Plemons, Gary, está metido. Tanto el inicio, con esa escena con los protas en la que estos últimos le niegan que esa noche vayan a jugar, o como cuando los matrimonios le van a pedir ayuda, son a mi parecer de lo mejor del film, sin lugar a dudas.
La aparición especial de Michael C. Hall ("Dexter") allá por el tercer acto de la película.
Poca cosa más. Una cosa que se puede considerar positiva es que dentro de un tiempo esta película será tan olvidada que ni sabremos de que iba, gracias a Dios.


                                                                                                                                




Cosas que no tienen puta gracia: Empezando por los protagonistas, Jason Bateman ("Max") y Rachel McAdams ("Annie"), que son una calamidad juntos, con situaciones vergonzantes en el film (escena disparo, o la escena donde amenazan a los secuestradores en el pub) siguiendo por los secundarios lastimosos, que no aportan nada, sobretodo la pareja afro americana formada por Kevin y Michelle (Lamorne Morris y Kyle Bunbury) desde el momento en que uno de ellos confiesa un detalle de su pasado, Michelle, tenemos a Kevin dando la brasa para saber el secreto toda la jodida película como si eso fuera un gag gracioso. Pero no.
La trama fallida de giros de guión que aunque parecen novedosos en realidad son más de lo mismo, anunciando su llegada con sufiente tiempo para que los adivines.
Los gags que se supone deben hacerte caer al suelo entre las butacas de tanto reír, pero que realmente solo sacan una mueca sonriente (siendo generoso). Ejemplo de ese humor chorra serían escenas del final en el aeropuerto, o la escena del pub, pistola, y postura de yoga. Patético.
Ni argumento, ni gags, ni humor, ni las interpretaciones están a gran altura, más bien todo lo contrario.






Resumen: En líneas generales nos encontramos ante un film que gustará a los que sean amantes de las comedias descerebradas, o chorras como yo digo. Si os van las que necesitan el cerebro como interface para disfrutar la experiencia olvidadlo. 


Nota: 1 sobre 10


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