miércoles, 17 de abril de 2013

Efectos Secundarios Crítica por Rouse Cairos.


Pastillas para infelices: un psicothriller con matices y relecturas.


En el panorama del cine norteamericano -tanto en el underground como en el mainstream- el realizador Steven Soderbergh siempre se destacó por un solvente ritmo narrativo, además de ser un director muy “autoral”, que suele cargar sobre sus espaldas con la fotografía y el montaje, como ocurre en este caso. “Efectos colaterales”, en el corpus de su prolífica obra podría agruparse junto a filmes de crítica social como “Contagio” y “Erin Brockovich”, emergentes de problemas que la salud pública aún no termina de resolver. 
Como se desprende de su significativo título, el eje de la película son los intereses que se mueven detrás de los cada vez más refinados y peligrosos psicofármacos. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un ansiolítico novedoso que le receta su cuestionable psiquiatra (Jude Law). “¿Qué sería de nuestras vidas sin químicos?”, dice en un momento este psiquiatra, mientras reparte entre sus conocidos (incluso su mujer) algunas pastillas para levantar el ánimo, salir de la depresión o la tristeza. 


Se trata de un profesional inglés que ejerce su carrera en EE.UU. por la distinta concepción que tienen ambos países respecto de los psicofármacos: “Allá el que toma un ansiolítico es porque está enfermo; aquí, es alguien que quiere curarse”. 
El necesario rol de paciente para semejante profesional, corre por parte de la ascendente y polifacética Rooney Mara, quien interpreta a Emily, una joven hermosa, casada con un agente financiero que de pronto va preso por tráfico de influencias y de esta forma pierde de la noche a la mañana su alto nivel de vida material, lo que la lleva a un estado depresivo y a un aparente intento de suicidio. 
En estas circunstancias conoce al ya mencionado doctor Jonathan Banks (Jude Law) quien será el encargado de tratarla sobre la base de medicamentos que provocan acciones involuntarias con trágicas consecuencias. El submundo de psiquiatras amorales y pacientes irresponsables, el trasfondo económico de dicho negocio, la concientización sobre los efectos secundarios son sin duda lo más interesante de la primera parte de este psicothriller, que despierta mucha expectativa respecto del desenlace, hasta que un giro argumental deja de lado toda esa interesante trama, acercándose más a los procedimientos convencionales para lograr un forzado efecto sorpresa.


Más allá de estas decisiones que afectan al film, queda la denuncia de una sociedad enferma, la sátira de un mundo falsamente feliz que con sus frutos y cócteles químicos conduce al abandono, la soledad, la frustración y la perdición. “Efectos Secundarios” es un film con matices y relecturas -siempre desquiciantes- que se inicia y termina de una forma similar y significativa: un plano amplio sobre un recorte de arquitectura cuadriculada, impersonal y monótona que progresivamente se va cerrando hasta llegar a los ojos o ventanas de esas enormes moles de cemento, que condensan y potencian la sensación de inhumanidad, encierro y soledad en la gran urbe. 
 La historia de “Efectos Secundarios” pertenece a esa clase de thrillers en los que con cada giro se nos dice que todo lo que hemos visto es falso. Al introducir un misterio a la vieja usanza, se abre el camino para giros sorprendentes que son un arma de doble filo, porque solamente funciona en casos muy puntuales de la historia del cine, como “Frenesí” de Hithcock por ejemplo, pero que trastabilla en otros innumerables casos para el olvido. 
Muchas vueltas de tuerca se apilan innecesariamente, y las sucesivas traiciones hacen caer el nivel de una película que podría haber sido mucho más interesante. 



De cualquier modo, la serie de personajes tramposos que circulan por la trama, conforman un film más inquietante que un thriller con héroes y villanos convencionales. 
Aquí, son todos seres corruptos, intrigantes y potencialmente peligrosos, donde el dinero es lo que en el fondo motiva todos sus actos.
Nota Final: 6 sobre 10. 
Trailer de Efectos Secundarios.

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